ADOLESCENCIA
Trastornos del aprendizaje
Las dificultades de aprendizaje como la dislexia, la discalculia o el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH/TDA) impactan no solo el rendimiento académico, sino que también afectan el bienestar personal, la autoestima y las relaciones sociales.
¿Qué son los trastornos de aprendizaje?
Se consideran trastornos del desarrollo que interfieren con tareas fundamentales como leer, escribir, realizar operaciones aritméticas o prestar atención, incluso cuando la capacidad intelectual de la persona está en la media o por encima del promedio. Estos trastornos no son resultado de falta de esfuerzo, motivación o problemas sensoriales y emocionales. El origen suele ser neurológico y genético.
Dislexia: dificultad con la lectura
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que impacta la precisión y fluidez de la lectura de una persona. No es un problema de visión o inteligencia sino la dificultad de reconocer palabras, asociar sonidos con letras y comprender el texto; todo ello impide leer y entender las palabras correctamente.
Los síntomas más comunes de la dislexia en adolescentes son leer de manera lenta o con interrupciones, dificultades para resumir o seguir instrucciones escritas, errores de ortografía persistentes, baja comprensión lectora y evitar tareas escolares que impliquen lectura.
Según la Federación Española de Dislexia, este trastorno afecta a entre el 10 y el 15% de las personas.
Historial familiar de dislexia, nacimiento prematuro o bajo peso al nacer y la exposición prenatal al tabaco o al alcohol son factores de riesgo reconocidos de la dislexia.
Discalculia: dificultades relacionadas con las matemáticas
Aunque la dislexia es un término más común, la discalculia es un trastorno igual de desafiante y que puede llegar a afectar a numerosos adolescentes. La discalculia se manifiesta en la dificultad de comprensión de conceptos numéricos, y la incapacidad para realizar operaciones matemáticas.
Los adolescentes que padecen discalculia presentan dificultades para memorizar tablas de multiplicar, no entienden cantidades o magnitudes, confunden signos matemáticos, necesitan constantemente usar los dedos para contar y muestran ansiedad hacia los exámenes de matemáticas.
En cuanto a su prevalencia, la Federación Española de Dislexia apunta a que padecen este trastorno entre el 3 y el 6% de la población, aunque muchos no están diagnosticados debido a la falta de formación especializada en el entorno escolar.
Entre los factores de riesgo de la discalculia cabe mencionar historial familiar de dificultades matemáticas, diagnóstico previo de TDAH o dislexia y bajo estimulo matemático en la primera infancia.