TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Trastorno de la personalidad por dependencia
El trastorno de la personalidad dependiente (TPD) se caracteriza por una necesidad excesiva y continua de ser atendido, lo que lleva a comportamientos de sumisión y dependencia.
Las personas con trastorno por personalidad dependiente quieren ser cuidadas y se muestran extremadamente ansiosas ante la idea de tener que cuidar de sí mismas. Para obtener la atención que desean, están dispuestas a renunciar a su independencia e intereses. De este modo se vuelven excesivamente dependientes y sumisas.
Síntomas del TDP
Las personas con TPD presentan una serie de patrones de pensamiento y comportamiento característicos:
- No creen que puedan cuidar de sí mismas. Utilizan la sumisión para tratar de hacer que otras personas los cuiden.
- Acostumbran a necesitar confirmación reiterada y consejo a la hora de tomar decisiones corrientes.
- Las personas con trastorno de personalidad dependiente tienden a interactuar socialmente solo con las pocas personas de las que dependen.
- Las personas con trastorno de personalidad dependiente tienen un miedo excesivo al abandono por parte de aquéllos de quienes dependen, incluso cuando no hay ninguna razón para tenerlo.
- Temen perder apoyo o aprobación, por tanto, tienen dificultades para expresar su desacuerdo con los demás.
- Hacen todo lo posible para obtener atención y apoyo.
- Estar solos les hace sentirse muy incómodos o asustados porque temen no poder cuidar de sí mismos.
- Se consideran inferiores y tienden a menospreciar sus capacidades. Interpretan cualquier crítica o desaprobación como prueba de su incompetencia, lo que socava aún más su confianza.
- Evitan tareas que requieren asumir responsabilidades.
- Están dispuestos a hacer todo lo posible (por ejemplo, realizar tareas desagradables) para obtener el apoyo de los demás.
Tratamiento
El tratamiento del trastorno de personalidad dependiente busca fomentar la autonomía y mejorar la confianza en uno mismo. Algunas opciones terapéuticas incluyen:
- Psicoterapia psicodinámica: explora los temores inconscientes relacionados con la independencia y la dependencia emocional.
- Terapia cognitivo–conductual (TCC): ayuda a modificar patrones de pensamiento disfuncionales, promoviendo habilidades de resolución de problemas y toma de decisiones.
- Terapia de grupo: proporciona un entorno seguro para practicar habilidades sociales y de autonomía.
La psicoterapia psicodinámica y la terapia cognitivo-conductual que se centran en examinar los temores frente a la independencia y las dificultades para afirmarse a uno mismo, pueden ayudar a las personas con trastorno de personalidad dependiente.