ADOLESCENCIA

Adicción a las nuevas tecnologías

En la era digital actual, los adolescentes han nacido y crecido rodeados de dispositivos electrónicos que han transformado radicalmente sus formas de comunicación, aprendizaje y entretenimiento. Si bien las nuevas tecnologías ofrecen beneficios y oportunidades, su uso excesivo y descontrolado puede derivar en comportamientos adictivos con consecuencias significativas en el desarrollo psicológico, social y académico de los jóvenes.

¿QUÉ ES LA ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS?

La adicción a las nuevas tecnologías se define como un patrón de comportamiento caracterizado por la pérdida de control sobre el uso de dispositivos digitales (smartphones, tablets, ordenadores, videoconsolas), que genera una dependencia progresiva y afecta negativamente al funcionamiento normal de la persona en diferentes ámbitos de su vida.

Este tipo de adicción conductual comparte características con otras adicciones: necesidad de aumentar el tiempo de uso, síndrome de abstinencia (malestar cuando no se puede acceder), preocupación constante por la actividad, y persistencia en el comportamiento a pesar de conocer sus consecuencias negativas.

PREVALENCIA EN ADOLESCENTES

Según el Informe sobre Adicciones Comportamentales del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), aproximadamente un 23,5% de los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años presentan un riesgo elevado de estar realizando un uso compulsivo de Internet.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que el 99% de los adolescentes españoles entre 16 y 24 años utiliza Internet a diario, y el tiempo medio de uso supera las 5 horas diarias en días lectivos.

Un estudio reciente de la Fundación MAPFRE, Tecnoadicciones, reveló que entre el 24 y el 30 % de los adolescentes europeos con conductas disfuncionales en internet presentan problemas de competencias y habilidades sociales para relacionarse, problemas psicológicos (ansiedad, depresión…), problemas de atención o conductas agresivas.

SÍNTOMAS DE ALERTA

La adicción a las nuevas tecnologías puede manifestarse a través de diversos signos y síntomas:

Síntomas psicológicos:

  • Preocupación constante por acceder a dispositivos.
  • Ansiedad, irritabilidad o malestar cuando no se puede utilizar la tecnología.
  • Necesidad de incrementar el tiempo de uso para obtener la misma satisfacción.
  • Mentiras sobre el tiempo dedicado a las pantallas.
  • Pérdida de interés en otras actividades previamente placenteras.
  • Uso de la tecnología como escape de problemas o para aliviar estados de ánimo negativos.

Síntomas conductuales:

  • Deterioro en el rendimiento académico.
  • Alteraciones del sueño (insomnio, cambios en horarios).
  • Aislamiento social progresivo.
  • Descuido de la higiene personal.
  • Irritabilidad cuando se interrumpe el uso.
  • Incapacidad para reducir el tiempo de uso a pesar de intentarlo.

Síntomas físicos:

  • Dolores de cabeza o migrañas frecuentes.
  • Problemas visuales.
  • Síndrome del túnel carpiano.
  • Dolores musculares, especialmente en cuello y espalda.
  • Alteraciones en la alimentación.

Factores de riesgo

La adicción a las nuevas tecnologías tiene un origen multifactorial:

Factores individuales:

  • Baja autoestima o autoconcepto negativo.
  • Dificultades de habilidades sociales.
  • Impulsividad y búsqueda de sensaciones.
  • Intolerancia al aburrimiento.
  • Presencia de trastornos como ansiedad, depresión o TDAH.

Factores familiares:

  • Ausencia de normas claras sobre el uso de dispositivos.
  • Poca supervisión parental.
  • Padres que son usuarios intensivos de tecnología.
  • Comunicación familiar deficiente.
  • Conflictos familiares frecuentes.

Factores sociales:

  • Presión de grupo.
  • Normalización del uso intensivo en el entorno.
  • Hiperconectividad como valor social.
  • Accesibilidad constante a dispositivos.

Factores tecnológicos:

  • Diseño adictivo de aplicaciones y juegos (notificaciones, recompensas variables, etc.).
  • Contenido personalizado mediante algoritmos.
  • Mecanismos de refuerzo inmediato.

Prevención desde el entorno familiar y educativo

La prevención de la adicción tecnológica debe abordarse desde diferentes frentes. Han de establecerse límites claros en el uso de dispositivos, fomentar el pensamiento crítico y la concienciación sobre privacidad y seguridad y fomentar alternativas, entre otras medidas. Las alternativas pueden ser actividades deportivas y al aire libre, hobbies y aficiones offline y fortalecer relaciones sociales presenciales. En la escuela, deben implementarse programas de prevención e integrar competencias digitales saludables en el currículum.

La importancia de acudir a especialistas

Cuando los comportamientos adictivos relacionados con la tecnología interfieren significativamente en la vida del adolescente, es fundamental buscar ayuda profesional especializada. Los expertos en adicciones comportamentales pueden ofrecer una evaluación del nivel de adicción, factores desencadenantes y comorbilidades, intervención psicológica, orientación familiar y tratar las comorbilidades que puedan surgir.

La intervención temprana mejora significativamente el pronóstico, por lo que ante la presencia de señales de alarma no se debe normalizar el comportamiento como «cosas de la edad», sino buscar orientación profesional que pueda evaluar adecuadamente la situación y ofrecer estrategias adaptadas a cada caso particular.

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